LA EMPATÍA Y EL EJEMPLO QUE DAMOS

Nunca escribo de mi vida personal, pero hoy me he quedado tan sorprendida, que quiero compartir esta vivencia. Esta mañana, esperando a que abrieran la puerta del colegio de mi hija, he vivido una situación donde los padres, una vez más, hemos dado el peor ejemplo que se puede dar a los hijos. La falta de EMPATÍA, de EDUCACIÓN y de CIVISMO, ha salido a relucir antes de las 9 de la mañana.

Las puertas del colegio no se abren hasta 5 minutos antes de sonar el timbre para que los alumnos entren en las clases. El acceso a estas puertas es desde una calle con aceras muy estrechas, donde se van acumulando padres con sus hijos que corretean de un lado a otro… y además, en frente hay otro colegio, así que imaginad la acumulación de personas en tan poco espacio y en tan pocos minutos.

Hoy, mientras esperábamos, de pronto se ha oído la voz de una mujer: «¡¡Que nos dejéis paso, por favor!!, ¡¡que lo he dicho dos veces!!, ¡¡dos veces!!»

Aquí no se puede poner entonación, pero os pido que imaginéis el tono agresivo con el que decía ese «por favor», y cómo levantaba la mano y marcaba el número dos con sus dedos, mientras se hacía hueco para atravesar la marabunta junto con dos niñas y trataba de dirigirse al colegio de enfrente. Por supuesto, ha faltado tiempo para que dos padres de los que esperaban en la calle se hayan sentido ofendidos con esas palabras y han respondido a gritos: «¡¡A ver si es que tenemos que girarnos ante tus palabras!! ¿Quién te has creído que eres?? ¡¡Aquí no hay más hueco!!»

CONFLICTO

Todo ha pasado en cuestión de segundos. He podido ver una sonrisa de orgullo en el hijo de la madre que ha respondido con tanta «valentía».

QUÉ HAN APRENDIDO NUESTROS HIJOS:

  • Que los problemas se solucionan a gritos. El que más alto vocee, quedará por encima.
  • Que como nadie dice lo contrario, este tipo de conductas son las apropiadas.
  • Que lo importante es defender mi situación, sin tener en cuenta las circunstancias del otro.

QUÉ PODRIÁN HABER APRENDIDO:

  • Que no sabemos en qué circunstancias ha llegado esa mujer a la estrecha acera. Sí es seguro que llegaba tarde (en el colegio de enfrente ya había sonado el timbre para los alumnos); tal vez tenga que atravesar todas las mañanas esa estrecha acera llena de gente sin poder invadir la calzada porque también está llena de coches con niños bajándose, tal vez tenga un mal día porque llega tarde al trabajo, o porque tenga a algún enfermo, o la acaben de despedir. . O tal vez, sencillamente sea una maleducada. No lo sabemos.  Tengamos EMPATÍA, y ante ese tipo de conductas, respondamos con firmeza, pero con asertividad.

«Disculpe señora, usted dice que nos ha dicho dos veces, pero no la hemos escuchado, con tanto jaleo que entenderá hay aquí. Le pido disculpas por el tiempo que haya podido perder aquí, pero también le pido que no nos grite porque en ningún momento nos hemos puesto en medio para molestarla a usted; no quiero que mi hijo piense que los problemas se solucionan a voces; así que por favor, pase usted. No voy a continuar con esta discusión, en este tono

  • La mujer que pidió paso con impertinencia tampoco ha querido ponerse en la situación de las personas que están en esa acera estrecha esperando, conteniendo a sus hijos de que no salgan corriendo a la calzada, no se suban a la valla… tal vez no la han escuchado pedir paso la primera, ni la segunda vez. Estas cosas pueden pasar. Nuevamente, debería haber tenido más EMPATÍA y haber dicho las cosas con asertividad.

 «Perdonen nuevamente; (incluso si es necesario, tal vez se pueda tocar un brazo para hacerse ver), necesito que nos dejen pasar ya que llegamos tarde y con tanta gente que hay en una acera tan estrecha, todos los días cuesta llegar.»

Sabiendo que no siempre todos los días se está de humor, pensemos qué beneficios trae el comportarnos de una manera o de otra. ¿Merece la pena empezar así el día? ¿Queremos que nuestros hijos aprendan que la agresividad verbal es buena? Seamos conscientes, ellos tienen menos autocontrol incluso que nosotros, lo que en nosotros son unas malas palabras, es más que probable que en ellos se conviertan en agresiones físicas. Demos ejemplo, fomentemos la EMPATÍA y la ASERTIVIDAD.

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