La PROCRASTINACIÓN o el postergar indefinidamente.

Algunos habréis oído esta palabra tan complicada, y otros será la primera vez. Lo que para nadie será nuevo es el tema de tener cosas pendientes que siempre dejamos sin hacer, aunque por un motivo o por otro, deberíamos hacer. Esto nos pasa tanto en nuestra vida personal como laboral. En algunos casos, la PROCRASTINACIÓN en el trabajo es más complicada si tienes algún superior que te pone plazos o fechas, pero si únicamente depende de ti, seguro que ahora estás pensando en esa tarea que vas dejando y dejando…

¿POR QUÉ POSTERGAMOS? ¿CÓMO NOS ENFRENTAMOS A ELLO?

Esa respuesta sólo la tienes tú. Hay que mirar muy dentro y hacer un análisis de cada caso concreto. Pueden darse diferentes motivos:

  • Piensa si estás preparado para esa tarea. Tal vez sea compleja y hay que buscar el mejor momento, cuando no esté muy cansado o tenga un tiempo mínimo para ejecutarla.
  • Temes enfrentarte a ella y no saber hacerla. Sabes que tienes que hacerlo, pero temes errar en el intento. Pregúntate qué herramientas o conocimientos necesitas para hacerlo, si cuentas con ellas o si puedes pedir ayuda. También puedes preguntarte qué pasaría si te equivocaras. Cuando alguien no ha hecho antes una tarea, es posible el error, y comprensible. ¿Quién te recriminaría en caso de error? ¿Tu responsable (si fuera en el trabajo)?, ¿tu pareja? o ¿tú mismo?. A menudo somos los más duros con nosotros mismos. Tal vez te ayude la idea de ponerte en el lugar del otro: Si mi pareja o mi compañero de trabajo se enfrentara a esa tarea por primera vez y la hiciera mal, ¿yo se lo recriminaría? ¿pensaría de él que no vale nada o que no es capaz? ¿O tal pensaría que es normal porque nunca antes se había enfrentado a esa tarea? Ahí te dejo todas estas preguntas para que reflexiones.
  • La tarea en cuestión no te aporta nada ni te motiva. Siempre nos podemos encontrar con este tipo de tareas. ¿A quién le apetece recoger papeles acumulados durante meses en un cajón, o poner al día las facturas? (vaya, con estos ejemplos me siento muy identificada… ¿por qué será que los he puesto?). Seguro que hay personas a las que les guste y les aporte, pero estas mismas podrán encontrar otras tareas desmotivantes que les vengan a la cabeza. ¿Qué hacemos entonces?
    • Lo primero es valorar si realmente es desmotivación, o si debajo de esto no está escondido el miedo del punto anterior;
    • una vez tengamos claro que es una tarea que simplemente no nos gusta, pensemos si realmente tengo que hacerla o es una obligación autoimpuesta que no aporta apenas beneficios, en comparación con el esfuerzo requerido.
    • Tal vez no sea una obligación autoimpuesta, pero sí una costumbre o “ritual” familiar o cultural en tu empresa: siempre se ha hecho así, y hay que seguir haciéndolo. Cuestiónatelo y házselo saber al resto de implicados. ¿Realmente hay que hacer esta tarea? ¿Qué beneficios aporta?
    • Y cuando hemos descartado las opciones anteriorse, parece que hay que hacerla porque los beneficios son demasiados, pero sigue sin motivarte nada (a veces el mero hecho de conocer el por qué de las cosas ya nos ayuda con la motivación de querer hacerlo; pero no siempre es así). Estamos en la peor de las situaciones: TIENES QUE HACERLO, SÍ O SÍ. Entonces, busca el momento más apropiado, hazte con todo aquello que vayas a necesitar para poder hacerlo lo mejor y más rápido posible y aíslate para estar concentrado y terminarlo cuanto antes. Tal vez veas luego esos beneficios y sea un poco más motivador para la próxima vez.

Y si no haces nada, y lo dejas a un lado, ¿qué CONSECUENCIAS traerá?

Las personas que procrastinan suelen tener cierto sentimiento de culpa continuo, pensando que tienen que hacer algo y que no son capaces de enfrentarse a ello; además, hay un descenso de la productividad (no sólo en la vida laboral) que puede tener repercusiones en todos los ámbitos de su vida. La PROCRASTINACIÓN hay que saber detectarla y afrontarla con las herramientas arriba mencionadas.

Si aún haciendo el análisis hay alguna tarea concreta e importante que se te resista, tal vez necesites el asesoramiento o ayuda de un profesional. Hay que ahondar más profundo y averiguar qué te frena a hacerlo cómo poder cambiarlo, si es lo que buscas. En tal caso, te sugerimos ponerte en contacto con nosotras  pidiendo aquí una cita 

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