¿Por qué los hermanos son tan diferentes, si son hijos de los mismos padres?

A menudo las personas nos preguntamos cómo unos hermanos pueden ser tan diferentes, habiéndose criado bajo el mismo techo, con los mismos padres, bajo los mismos principios y valores… Esta duda, que tienen muchos padres, también se las trasladan a sus propios hijos.

Sabiendo que es cierto: los hermanos pueden ser muy diferentes… ¿podemos reflexionar por qué?:

  • ¿Realmente tú y tu pareja sois exactamente las mismas personas cuando tuvisteis al primer hijo, que cuando tuvisteis el segundo…tercero…? ¿No crees que tus vivencias entre el nacimiento de un hijo y los siguientes no te han influido y han ido moldeándote? ¿Incluso la propia experiencia adquirida durante la crianza del primero no ha dado mayorHERMANOS seguridad y ha rebajado el nivel de ansiedad con respecto a los siguientes?? Recuerdo una madre que me decía del segundo hijo, de pocos meses de vida…: “Con éste me da tiempo a ducharme todos los días, y le falta sacarse los gases él solo…”. Es un pequeño ejemplo, pero que podemos aplicar a un montón de experiencias que nos pueden ayudar ver que no tratamos igual a un hijo que al otro. También influye la edad… no olvidemos que con los segundos/terceros hijos somos mayores que con el primero… no podemos negar que la edad, si bien nos da madurez, también nos da un desgaste físico (normalmente) que merma nuestra capacidad de aguante. Algunos os preguntareis… ¿y qué pasa con los hermanos mellizos o gemelos? De eso hablaremos en otra entrada, otro día…
  • Si ahora crees que puede haber algo de verdad en esto, ¿sigues pensando que es muy productivo estar siempre comparando a un hermano con el otro? ¿Por qué eres tan cabezota, o tan rebelde, o sacas tan malas notas? mira a tu hermano qué bien le va… Ni siquiera hace falta ser tan explícito. A los chavales sólo les hace falta ver cómo se les trata a unos a y otros, para ver que hay diferencias, e incluso preferencias. Tenemos que ser conscientes de lo mucho que pueden estas comparaciones afectar a la autoestima, rivalidades y envidias a los hermanos, y comportamientos autodestructivos con el fin de terminar “dando la razón” a los padres: ¿Quieres que sea el malo de la película? Pues realmente te voy a dar motivos para que lo pienses…”
  • Os propongo que hagáis un pequeño análisis para ver si algo así podría estar pasando en casa. Es el momento de valorar individualmente a cada hijo, buscar el lado positivo de cada uno y reforzar los esfuerzos y conductas apropiadas. No ayuda nada hablar sólo de lo poco que estudia o de lo cabezota que es… hay que ver las cosas buenas que también tiene. Si tú cambias, ellos cambian.