LOS PADRES SEPARADOS Y EL PSICÓLOGO

Hoy quiero acordarme de los hijos de padres separados de una manera poco cordial. Afortunadamente hay separaciones o divorcios relativamente cordiales, que hacen que el proceso, más o menos doloroso, sea más llevadero.

Sin embargo siempre escuchamos o conocemos separaciones donde, al menos una de las partes (en ocasiones, las dos) el fin último es hacer el mayor daño posible al otro. Y todo sabemos que lo que más suele doler son los HIJOS.

Así que manos a la obra: hay que tratar de poner en contra a tu hijo de tu ex como sea, utilizando a veces tretas más que ruines. Esto, señores y señoras, es maltrato: SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL. El hijo tiene tanto miedo a sentirse abandonado, que se ve en la obligación de elegir, y claro que escoge, y acaba renegando del otro progenitor. Pero esto no es gratuito; tal vez el padre/madre ha conseguido lo que quería, pero las consecuencias, a medio – largo plazo no son pocas: trastornos de ansiedad, trastornos en el sueño, en la alimentación, conductas agresivas, dependencia emocional, y un largo etcétera que no deberíamos pasar por alto.

Pero no nos vayamos a ese extremo; pensemos en una separación donde se ha llegado a un acuerdo relativo, por el bien del hijo, y las cosas se han intentado hacer lo mejor posible. Todos, como padres, podemos equivocarnos (y lo hacemos, no nos engañemos), o por determinadas circunstancias, nuestros hijos no lo están pasando bien. Sufren y lo demuestran como pueden: consumo de drogas, fracaso escolar, adicción a las redes sociales, conductas agresivas o, todo lo contrario, conductas pasivas en exceso, etc.

Cuando los padres (separados o no) tienen una buena comunicación o conexión, pueden ver necesario pedir la ayuda de un psicólogo para su hijo y la familia, ponerse de acuerdo y buscar un profesional que se adapte a lo que busquen. Sin embargo, cuando los padres están separados de forma poco amigable , la cosa se puede complicar: por norma general, cuando la relación entre los padres es mala o nula, ayudar al hijo se vuelve tarea harto complicada.

 La elección de un psicólogo depende de los progenitores con la patria potestad; por lo tanto, si uno de los dos se niega, el psicólogo no puede trabajar con el menor. Sólo un juez podría determinar la necesidad de esta ayuda profesional del niño. Entre tanto, el hijo sigue sufriendo.

Algunos Colegios de Psicólogos (al menos el Madrid así me informó), proponen algunas recomendaciones como soluciones que podemos adoptar los psicólogos para ayudar a estos menores, pero siempre bajo nuestra única responsabilidad, y sin tener muy claro que finalmente se puedan tener problemas legales por ello si uno de los dos padres no supiera de esta intervención o se hubiera negado.

Éste es un mensaje para todos aquellos padres que en alguna ocasión se han negado a permitir la terapia de su hijo sólo porque el psicólogo lo había propuesto el otro progenitor:

Los psicólogos somos profesionales, que sólo queremos ayudar al paciente, en este caso su hijo. Antes de negarse, pida información, conozca al psicólogo propuesto o busque otro, pero no se niegue por desconfianza. Nos pague quien nos pague, vamos a hacer el mejor trabajo posible con su hijo. Si realmente su hijo necesita ayuda porque sufre, no le cierre esa puerta antes de tiempo. No piense en su expareja, piense en su hijo. A la larga, seguramente todos salgan beneficiados, o al menos, su hijo, que es de lo que se trata, ¿verdad?

Si usted cree que podemos ayudarle a usted o a sus hijos, le animamos a que se ponga en contacto con nosotras, y si  está interesado en no perderse  ninguna de nuestras noticias o publicaciones en éste u otros blogs en los que colaboramos, le animamos a suscribirse a nuestra newsletter:

 

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